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CHISTES DE PEPITO:
Erase una vez que Pepito se puso a vender huevos dentro de una iglesia:
¡Huevos, huevos, a 10 pesos cada uno!
Y el padre muy molesto grita:
¡Saquen a ese niño de los huevos!
Y Pepito asustado le dice:
¡Padre, mejor de la orejita!
La maestra en el salón de clases le dice a sus alumnos:
A ver niños, díganme qué parte de mi cuerpo les gusta más, y yo les voy a adivinar qué es lo que van a ser cuando sean grandes.
A ver Juanito, ¿qué te gusta más de mi cuerpo?
Su pelo, maestra.
La maestra le responde, entonces tú vas a ser peluquero cuando seas grande.
A ver Luisito, a ti, ¿qué te gusta más de mi cuerpo?
Sus ojos, maestra.
¡Ahh!, entonces tú vas a ser oculista Luisito.
A ver Diego, ¿y a ti?
A mí me gustan sus dientes, maestra.
Muy bien, entonces tú serás dentista cuando seas grande Diego.
A ver Pepito, ahora dime tú lo que más te gusta de mí.
Yo para qué le digo maestra, acabo de descubrir que quiero ser lechero.
La profesora le dice a Pepito:
A ver Pepito, si yo digo fui rica, es pasado, pero si yo digo soy hermosa, ¿Qué es?
¡Exceso de imaginación profesora!
El papá de Pepito decide irse a vivir a los Estados Unidos con toda la familia y Pepito ingresa a una escuela.
La maestra pregunta a Pedrito:
A ver Pedrito, deme un ejemplo de la palabra "evidentemente".
Bueno maestra, mi papá, mi mamá, mis hermanos, y yo, fuimos a comer a un restaurant, evidentemente que mi mamá no cocinó ese día.
Muy bien Pedrito, a ver Juanito deme un ejemplo de la palabra "evidentemente".
Mi papá, mi mamá, mis hermanos, y yo, nos fuimos a la playa, evidentemente que la casa quedó sola.
Muy bien Juanito.
A ver Pepito, deme un ejemplo de la palabra "evidentemente".
Bueno maestra, yo estaba sentado en el corredor de mi casa, y vi pasar a mi abuelita con el diario New York Times Paper, y dije: Evidentemente va a cagar, porque no sabe leer inglés.
CHISTES DE PAPA, PAPA:
Papá, papá, ¿es verdad que los papás, saben más que los niños?
Claro Pepito, es verdad.
Ahh, óyeme papá, ¿quién fue el inventor de la imprenta?
El inventor de la imprenta fue Gutemberg.
Y entonces por qué no la inventó el papá de Gutemberg.
Papá, papá, ¿cómo se sabe si un hombre está borracho?
Mira hijo, ¿ves a esos 2 hombres que vienen allá?, si yo estuviese borracho vería 4.
Pero papá, si sólo viene 1.
Papá, papá, la profesora hizo una pregunta y yo fui el único que levantó la mano.
¿Y qué preguntó?
¿Quién no hizo la tarea?
-Papáááá, papá,quiero ir al circo!
-No, hijo, quien quiera verte que venga a casa
CHISTES DE ERA UNA VEZ:
Una vez Nadie, Ninguno y Tonto, fueron a buscar agua a un pozo, Ninguno se cayó al pozo, Nadie se quedó a ayudarlo, y Tonto fue a ver al oficial y le dijo:
Mire, es que Ninguno se cayó y Nadie se quedó a ayudar. Entonces, el oficial le dijo:
¿Es usted, tonto o qué?
Y tonto le dice:
Sí oficial, ¿cómo adivinó?
Era una vez un niño tan, pero tan fanático de los video juegos, que cuando se murió le pusieron en la tumba game over.
Esta era una vez un niño que se llama Jesús y su mamá lo mandó a comprar un kilo de azúcar.
El niño le preguntó que dónde era la tienda, y la mamá le respondió:
Donde veas que entra mucha gente ahí es la tienda.
Cuando el niño va por la calle, sonaron las campanas llamando a misa y mucha gente entra a la iglesia, el niño pensando que era la tienda, entra y estando ahí el padre preguntó:
¿A qué vino Jesús a la tierra?
Y el niño respondió:
A comprar un kilo de azúcar.
Era una vez una viejita que fue a ver al doctor, al llegar, le dice la viejita al doctor:
Doctor, revíseme mi oído porque me duele mucho, y no sé que tengo.
El doctor le dice a la viejita:
¡Señora, pero si usted trae un supositorio en el oído!
Y la viejita le responde:
¡Ah, entonces ya sé dónde dejé mi aparato para la sordera!
CHISTES DE VIEJITOS:
Una viejita esta afuera de una casa queriendo tocar un timbre, pero ella no lo puede tocar porque no lo alcanza, de repente llega un señor y muy amablemente se ofrece:
Señora, buenos días, ¿En qué puedo ayudarle?
Por favoorr jooven, aayudeme a tocarr el timbree.
Señora, con mucho gusto, le respondió.
Ya señora, y ¿Ahora qué?
La viejita le responde:
¡A correr!
Una viejita estaba caminando por la calle, arrastrando dos grandes bolsas plásticas de basura, una en cada mano.
Una de las bolsas tenia un hueco y de vez en cuando un billete de 20 pesos salía de la bolsa y caía en la vereda.
Viendo esto, un policía la para y le dice:
- Señora, hay billetes de 20 pesos saliéndose de esa bolsa.
- Caramba dice la viejita, "Tengo que volverme para recoger los billetes, gracias por avisarme".
- Un momentito, dice el policía... no tan rápido. ¿De dónde sacó usted todo ese dinero? ¿Se lo ha robado?
- Oh no, dice la viejita, el terreno de atrás de mi casa, da para el estacionamiento del estadio de fútbol, y cada vez que hay un partido y los hinchas quieren orinar, antes de entrar o salir del estadio, ellos se paran enfrente de los arbustos que dan para mi casa, y orinan en mis flores que acabo de sembrar
Entonces, yo me paro detrás de los arbustos con unas tijeras bien grandes, y cada vez que alguien se pone en los arbustos para orinar, yo le digo:
¡Deme 20 pesos o se lo corto!
Dice el policía,
-¡"oiga no está mala la idea" Buena suerte!
Y dígame, ¿ qué hay en la otra bolsa?
- Bueno, dice la viejita, ¡¡No todos pagan!!
Se encuentran dos amigos y dice uno:
No sé qué hacer con mi bisabuelo, se come las uñas todo el tiempo.
Al mío le pasa igual, y le quite la maña en un momento.
¿Cómo? ¿Le amarraste las manos?
No, le escondí los dientes.
En un autobús repleto de viejecitos, en una gira especial a Lourdes para
gente de tercera edad, una viejecita le toca el hombro al chofer y le brinda
un buen puñado de cacahuates (maní) sin cáscara.
El chofer sorprendido le da las gracias y se los come con agrado.
Cinco minutos después, la abuelita repite, el chofer vuelve a agradecerle el
gesto y se come los cacahuates.
Cinco minutos mas tarde, la anciana viene con otro puñado.
El chofer ya no puede comer más y le pregunta:
- Dígame abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de cacahuates, pero
¿usted no cree que, a lo mejor, sus cuarenta amigos y amigas querrían
también unos pocos?
- ¡ No se preocupe joven!, no tenemos dientes para masticarlos y sólo
chupamos el chocolate que los recubre!.
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